Riesgo de establecimiento permanente: cómo proteger a tu organización cuando opera en el extranjero

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Cada vez son más las empresas que recurren a la expansión internacional, y el comercio global de las multinacionales se estima entre 7 y 9 billones de dólares estadounidenses.

Con una cantidad tan sustancial de ingresos imponibles, no es de extrañar que los gobiernos extranjeros estén ansiosos por aplicar sus leyes tributarias para sociedades a las empresas que operan dentro de sus fronteras.

Ahí es donde entra en juego el concepto de riesgo de establecimiento permanente y por qué es tan importante que las empresas que operan en países extranjeros sean conscientes y entiendan el riesgo.

Cuando los gobiernos utilizan el establecimiento permanente como barómetro para gravar los impuestos locales, depende de cada organización saber dónde están y cuánto se les puede exigir pagar en impuestos si se considera que tienen un establecimiento permanente.

Si no lo hacen, las empresas que operan en el extranjero pueden despertarse un día con una gran sorpresa —y una factura fiscal potencialmente mayor— si no se toman en serio el riesgo de establecimiento permanente.

Explicación de lo que es un establecimiento permanente

Los países extranjeros quieren saber a qué nivel opera una empresa, de modo que puedan evaluar con precisión los niveles de ingresos que pueden estar dentro del rango de sus leyes tributarias para sociedades.

Este concepto tributario se conoce como establecimiento permanente y, por extensión, es un escenario que viene con lo que los especialistas en comercio mundial llaman «riesgo de establecimiento permanente».

Definido en términos generales, el riesgo de establecimiento permanente consiste en que los funcionarios tributarios extranjeros puedan considerar a una empresa que opera dentro de su jurisdicción como un establecimiento fijo para hacer negocios.

Si se determina que una empresa tiene un establecimiento fijo para hacer negocios en un país, cualquier ingreso generado dentro de ese país podrá ser gravado en consecuencia en virtud de la legislación tributaria local y de la cantidad de tiempo que la empresa esté activa como establecimiento permanente.

No todas las actividades comerciales realizadas en un país extranjero dan lugar a la denominación de establecimiento permanente. Por ejemplo, una empresa que realice una actividad comercial que siente las bases para negociar en un país extranjero pero que no genere ingresos, normalmente no se clasificará como establecimiento permanente. El riesgo de establecimiento permanente se aplica cuando una empresa comienza a comercializar bienes y servicios dentro de las fronteras de un país y obtiene ingresos de esa actividad comercial.

En cuanto a la aplicación de la ley, las agencias tributarias de un país son el árbitro final del establecimiento permanente. Corresponde a las empresas que operan dentro de las fronteras de ese país probar que sus actividades comerciales no justifican una designación como establecimiento permanente.

Así, el riesgo de establecimiento permanente obliga a una empresa que opera en el extranjero a medir su responsabilidad fiscal, de modo que pueda calibrar con precisión sus obligaciones tributarias y cumplir las normativas vigentes en el país en el que opera.

¿Qué situaciones generan un riesgo de establecimiento permanente?

Son muchos los factores que debe tener en cuenta una organización que quiera sopesar su riesgo de establecimiento permanente. Esto es especialmente cierto cuando se busca ver si la asunción del riesgo de establecimiento permanente es voluntaria (es decir, sigue la estrategia empresarial de la empresa) o involuntaria (es decir, puede modificarse para evitar impuestos adicionales).

Estas situaciones empresariales están vinculadas a las clasificaciones de establecimiento permanente por parte de una agencia tributaria extranjera y probablemente representan un riesgo de establecimiento permanente para las empresas que operan en países extranjeros:

  • Emplear a personas que contribuyan a la creación y comercialización de productos o servicios que se traduzcan en ingresos para la empresa
  • Retener el impuesto sobre la renta y la seguridad social de los empleados
  • Emplear a personas con un contrato de duración determinada prolongado que trabajan habitualmente en un país extranjero durante un período extenso, creando un estatus de «lugar de trabajo prolongado»
  • Recibir pagos de clientes que operan dentro del mismo país y realizar retenciones de impuestos como consecuencia de ello
  • Firmar contratos con empresas del país y obtener beneficio de esos contratos

Cómo proteger a tu organización del riesgo de establecimiento permanente

Para guiar a tu empresa a través del laberinto del cumplimiento de las normas tributarias de países extranjeros y aislarla mejor frente al riesgo de establecimiento permanente, sopesa las siguientes acciones:

Trabajar con un especialista fiscal local. Si bien una designación de establecimiento permanente en la mayoría de los casos provocará tener que cumplir íntegramente con las órdenes recibidas en el país, no todo tiene que ser negativo.

Por ejemplo, es posible que algunas ordenanzas fiscales locales no exijan que se hagan declaraciones de impuestos en el país donde tiene su sede una organización. Si ese es el caso, los tipos y estructuras de los impuestos de un país extranjero pueden resultar beneficiosos para la organización.

Esa es una buena razón por la que el conocimiento es poder cuando hablamos de un establecimiento permanente. Obtener un buen asesoramiento fiscal de antemano de una agencia tributaria local o contable te permite saber la situación de tu empresa y actuar en consecuencia.

Un asesor fiscal fiable puede ayudarte a revisar cualquier contrato de servicio con empleados y socios comerciales locales, orientarte sobre las obligaciones fiscales locales y, en general, proteger a tu empresa de cualquier obligación tributaria importante relacionada con las vulnerabilidades del riesgo de establecimiento permanente.

Valora constituir una entidad comercial local. Para cumplir plenamente con las autoridades tributarias locales y evitar cualquier misterio derivado del estatus fiscal de extranjero, una empresa puede constituir una filial en el país en el que opere.

El estatus de filial tiene sus ventajas, a nivel fiscal. Una filial extranjera opera de forma independiente a su empresa matriz, es responsable de sus propios activos y pasivos, y se considera una entidad legal independiente a efectos tributarios y de supervisión, lo que extrae el riesgo de establecimiento permanente de la ecuación.

Sin embargo, una filial extranjera puede salir cara, tanto en términos financieros como de tiempo. Necesitarás contratar a un asesor fiscal internacional para explorar las leyes fiscales nacionales y es habitual que haya que gastar varios cientos de miles de euros del capital y que los plazos se alarguen de seis a nueve meses.

Colabora con un EOR. Cuando el coste de constituir una entidad en un país extranjero sea demasiado alto, trabajar con un EOR puede ser la mejor opción para reducir el riesgo de establecimiento permanente al tiempo que alcanzas tus objetivos globales de contratación y expansión.

Un EOR, como Global Employment Outsourcing (GEO), puede actuar como el empleador oficial y legal de tus trabajadores en el extranjero, de modo que tú te dediques a gestionar a los empleados sin preocuparte por el pago de impuestos locales y las retenciones tributarias.

Un EOR, a veces denominado organización de empleadores profesionales internacional, se encarga de abonar todos los impuestos del empleador y del empleado de conformidad con las leyes tributarias locales. Con esta solución de empleo, obtienes los beneficios del acceso a nuevos mercados internacionales y de la contratación de trabajadores extranjeros mientras reduces los problemas derivados del riesgo de establecimiento permanente.

Habla con un asesor de soluciones globales hoy mismo para obtener más información sobre GEO y descubrir si un EOR es lo más adecuado para tu organización.